Poesías




Eternidad





Necesito ir al cielo contigo. No sé si existe, no sé si es real o un mero consuelo. Solo quiero ese sitio ideal y eterno que me permita descansar en mis sentimientos. Compartirlos contigo, para que encuentren refugio y lleguen a ser eternos. Tal vez sea un sueño profundo, en la búsqueda constante de ese ideal perfecto. Tal vez no exista realmente el sueño, pero las simples palabras no me permiten desear un estado más puro. Tal vez muera y haya amado una vez, deseando que sea lo más profundo. Tal vez muera y tenga, algún día, la posibilidad de amar tan intensamente, si volviera a encontrarte, si pudiera darme cuenta de que sigues siendo tú en otro cuerpo, en otro tiempo, en diferentes circunstancias.
Y es que es la perfección del sentimiento quien parece desnudarse, cuando queda tanto por hacer pero el tiempo jamás parece ser suficiente. Tanto tiempo invertido en aprender a vivir, que queda en un encantamiento ese estado ideal de plenitud, donde los cuerpos se funden en un abrazo, el deseo de permanecer de esa manera se muestra eterno.
Necesito ir al cielo contigo, no para satisfacer el deseo, sino para confirmar la plenitud de haber encontrado el egoísmo de saber que contigo soy más grande, soy feliz, me encuentro pleno. No existe la soledad habiendo visto el sol en tus ojos melosos. No sé si te encontré, o te cruzaste en mi camino. Tampoco me importa, pues ahora caminamos juntos. Y moriremos, tal vez uno en brazos del otro, tal vez a la distancia o en el momento menos oportuno. Jamás será oportuno el momento de decirnos "adiós". Quizá para este mundo acabemos siendo dos más que nos amamos, con nombres y lugares. Pero solo que el deseo de transgredir lo carnal y fundirnos en la pasión porque las diferencias nos acerquen aun mas, es lo que fundamenta que ha de existir un cielo.
El premio, el final, algún lugar donde se recree tanta pasión; donde los ilusos románticos que gastaron tantas palabras intentando describir lo que no pudieron compartir esperan el momento de la emoción de quien los lea. No seremos tú y yo, pues nos conoceremos como únicos. La muerte será un juego más, las lágrimas solo serán de alegría, se perderá la nostalgia y la memoria solo traerá lo bello que habremos podido hacer mientras conservamos nuestros cuerpos materiales. Porque no es ilusión ser feliz, sino una práctica que se ejecuta solo cuando se es capaz de entender que el sol es un todopoderoso astro rey que permanece inmutable cuando podemos ser más brillantes que el. Es imposible mirarnos a los ojos y no enceguecernos de saber que puede ser eterno. El astro tiene un límite; el amor, tan pequeño que pueda presentarse ante tanta amplitud, es perpetuo. Nada vale, nada es tan categórico como el sentir con plenitud. Todo pasará, lo material, lo bonito y lo banal; quedará en mi rostro sonriente la suerte de haber podido encontrarte en el cuerpo de mujer que ocupas. Todo lo que hagamos solo será el comienzo de lo que en realidad queremos hacer, porque nos habremos comprometido en ser. Tú, con lo que te haya tocado, yo, con lo que me haya sido designado. Al fin y al cabo será lo mismo, en caminos que se cruzan o transitan paralelos, en palabras de más, en momentos que se echan de menos. Cualquiera que sea el acierto o la equivocación, conducirá al mismo deseo: necesito ir al cielo contigo.







La tierra del vino





Déjame probar tus vinos y no tientes más la sed de mi paladar. Si en el aroma de tus variantes escondes los secretos de la tierra, permíteme que me invadan y se desnuden en mi boca, para cerrar los ojos y reconocer el sentimiento.
No ostentes más el centenar de caminos que te han hecho llegar hasta mí; durmiendo en robles, naciendo de la mano arrugada de quien por décadas fue moldeando tu sangre. Porque es el espíritu soñador e inquieto, de la tierra del Quijote, el que hoy en silencio sigue produciendo rojos destellos, blancos sutiles, guardándolos en cristales y esperando al momento de ser liberados.
De Méntrida y Mondéjar, Manchuela, Almansa y Valdepeñas, encierras La Mancha que heredamos todos los castellanos. ¿Qué serían de tus cultivados siglos si continuaras silencioso, esperando a ser descubierto?
Ya sé de dónde vienes y todo lo que tienes; ahora toca esperar a que renazcas una y otra vez, para hacer de lo eterno una gigantesca ilusión.






Lo que no pude pronunciar




No te vas. A quienes te queremos y no supimos cuidarte nos has encendido, nos has motivado, nos has despertado de nuestras tonterías, para hacernos ver lo míseros que podemos ser si no cuidamos lo que decimos querer.
Porque así lo has decidido, así ha de ser.  Ahora tu vida ya no es más, pero sigue viva en nuestros sentimientos, y por lo que has sido y quedó por hacer, continuaremos para mejorar como personas, como seres humanos, para que tus años por nuestras vidas no queden en vano.
No te llevas nada y nos dejas todo; hasta los silencios en los que guardabas tus más hondas inquietudes y te hicieron partir así, sin previo aviso, con los brazos caídos del cansancio. Ahora, entre palabras y lágrimas, cuando es tarde para hacerte saber todo lo que representabas en nuestras vidas, es el momento de tenerte bien profundo en el corazón y que desde donde quieras que estés, puedas volver a sonreír porque sigues presente en cada uno de los días, las semanas y los años que restan, hasta que nos volvamos a ver.
Habrá una silla vacía la próxima vez que nos juntemos, que nadie ocupará porque todos sabrán de quien es. Descansa, descansa mucho chiquita, que ahora nos toca trabajar a nosotros para que puedas volver y limpiar nuestras conciencias. Lamento no besar tu mejilla por última vez y quedarme un instante más, pero te tengo donde se que te hace ilusión estar. Por eso no te vas, por eso sigues estando.